"Nosotras somos una clase, somos oprimidas como clase y
respondemos dentro de los límites permitidos como miembros de esta clase
oprimida. Divididas deliberadamente la una de la otra cada una de nosotras es
gobernada por uno o más hombres para el beneficio de todos los hombres. No hay
escape personal, ni salvación personal, ni solución personal.
El primer paso, entonces, es aceptar que nuestra difícil
situación es una situación común, ver a otras mujeres como reflejos de nosotras
mismas, sin oscurecer, por supuesto, las diferencias reales que crean las
inteligencias, el temperamento, la edad, la educación y el bagaje. No estoy
diciendo que creemos ahora nuevas castas o clases entre nosotras. Simplemente
no quiero que las mujeres sientan que el movimiento les exige identificarse por
completo y, además, amar a las demás mujeres. Para la movilización general, la
comprensión y la compasión deberían ser suficientes. […] Habiendo aceptado
nuestra identidad común, lo siguiente que debemos hacer es ponernos en contacto,
quiero decir eso literalmente. Las mujeres se ven todo el tiempo, abren la boca
y hacen ruidos, pero se comunican solo en el nivel más superficial […] Estoy
hablando de un movimiento. Reunámonos para decidir en grupos de mujeres cómo
salir de este vínculo, descubrir y combatir las técnicas de dominación dentro y
fuera del hogar. Cambiar nuestro entorno físico y social para liberar nuestro
tiempo, nuestra energía y nuestras mentes, para comenzar a construir para
nosotros mismos, para toda la humanidad, un mundo sin horrores".
Berverly
Jones ( 1927)
Towards a
Female Liberation Movement. 1968
Tomado del libro escrito por Beatriz Ranea Triviño “Feminismos” Antología de textos
feministas para uso de las generaciones más jóvenes, y de las que no lo son
tanto.
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